Biomarcadores personalizados para monitorizar el cáncer

Un estudio de prueba de concepto, llevado a cabo sobre 6 muestras tumorales distintas, ofrece resultados prometedores sobre la utilidad de nuevo test para monitorizar la evolución del cáncer durante y después del tratamiento.

18 de febrero

Con un simple test, capaz de ofrecer información sobre las alteraciones que suceden en las células tumorales, los clínicos podrían disponer en un futuro próximo de datos sobre la evolución de la enfermedad, pudiendo detectar en sangre su presencia residual tras terapia o cirugía, si la respuesta es adecuada durante la terapia o si hay recidiva en el periodo de seguimiento.

La técnica ha sido desarrollada por investigadores del Johns Hopkins Kimmel Cancer Center en Baltimore, generando biomarcadores específicos de cada paciente utilizando secuenciación de ADN de alto rendimiento. Aunque se trata únicamente de un estudio de prueba de concepto realizado sobre una muestra de seis tumores y que deberá ser confirmado en estudios más amplios, los investigadores se muestran esperanzados. “Soy muy optimista; éste es un paso importante en la dirección de una verdadera Medicina Personalizada”, ha afirmado Joey Gray, oncólogo en el Lawrence Berkeley National Laboratory de California.

En algunos tipos de cáncer de células sanguíneas o de células inmunes se detectan reorganizaciones características, que pueden ser utilizadas para monitorizar la enfermedad. Durante años se ha sugerido que la posibilidad de detectar aberraciones cromosómicas en todos los tumores podría ser una verdadera revolución en el diagnóstico del cáncer.

Los investigadores que han desarrollado este estudio han sido capaces de generar cerca de 40 millones de lecturas de secuenciación de alto rendimiento de cada uno de los seis tumores estudiados (4 cánceres colorrectales y 2 de mama), utilizando como marcadores regiones concretas del genoma de 1-1,5 kilobases que han sufrido reordenamientos (anómalos porque sólo se encuentran en las células tumorales pero no en las normales) y que son distintos para cada paciente. Comparando estas lecturas con la secuencia del genoma humano de referencia, han sido capaces de encontrar múltiples regiones (de 4 a 15) que aparecen modificadas en cada tumor. Esta información fue utilizada por los autores del estudio para diseñar un test específico para la detección mediante PCR de esos reordenamientos, descubriendo que su presencia en sangre se correlacionaba muy estrechamente con el curso de la enfermedad tumoral.

En estudios anteriores del genoma tumoral, las técnicas de secuenciación masiva de alto rendimiento se habían utilizado para buscar cambios de una sola base en la secuencia. En este caso, los autores también han efectuado una secuenciación casi completa de los genomas estudiados, pero han buscado grandes reordenamientos en lugar de cambios de una sola base. Se trata pues de una nueva manera de explotar los datos obtenidos mediante secuenciación ultrarrápida, que los autores han denominado PARE (Personalized Analysis of Rearranged Ends). Los autores calculan que el coste de la secuenciación es actualmente de unos 5.000 $ por paciente, más 500$ derivados del análisis de datos y del diseño y evaluación del biomarcador.

Para los autores de este trabajo, el incesante abaratamiento de los costes de secuenciación podría convertir pronto esta técnica diagnóstica en una alternativa más coste-efectiva que la TAC (Tomografía Axial Computerizada), procedimiento habitual hoy en día para monitorizar el curso de la enfermedad tumoral, pero que presenta una capacidad muy limitada para detectar la enfermedad residual microscópica.

Ver noticia en la web del Sidney Kimmel Comprehensive Cancer Center