Reclaman a las autoridades británicas que prioricen los beneficios más inmediatos de la Medicina Genómica

Los avances que se están objetivando en Medicina Genómica han llevado a un reputado grupo de expertos a demandar al gobierno británico que priorice sus aplicaciones inmediatas, por encima de otras posibilidades más remotas.

El pasado año, el House of Lords Committee on Science and Technology publicó un informe sobre Medicina Genómica, donde se ponían en claro los retos y posibilidades de este campo de la Medicina. A raíz de aquel documento, la Foundation for Genomics and Population Health ha liderado una iniciativa de respuesta a dicho informe, en colaboración con el Centre for Science and Policy (CSaP) de la Universidad de Cambridge. Este “contrainforme”, publicado hoy, recoge los hallazgos y recomendaciones de un amplio y reputado grupo de científicos, clínicos, políticos y expertos en ética, leyes y ciencia social.

Básicamente, se pone de manifiesto que el ágil desarrollo tecnológico está posibilitando que la secuenciación del genoma se pueda llevar a cabo de forma económica y rápida, por lo que existe una necesidad urgente de crear estrategias dirigidas a aplicar la Medicina Genómica en los servicios de salud del Reino Unido.

El documento ahora publicado, dirigido principalmente al Gobierno y a los legisladores sanitarios, señala que el informe de la Casa de los Lores de 2009 otorgaba excesiva importancia a la Genómica en la predicción y prevención de enfermedades complejas. En cambio, no incidía de manera suficiente sobre los beneficios inmediatos que la secuenciación y los tests genéticos pueden aportar en el diagnóstico y cuidado de los individuos y las familias afectadas por enfermedades monogénicas o con un patrón de herencia familiar.

Este nuevo informe propone doce recomendaciones para el desarrollo de la Medicina Genómica en el Reino Unido; entre ellas, se aconseja poner en marcha urgentemente mecanismos de evaluación de los tests y análisis genéticos, la creación y mantenimiento de nuevas sistemas informáticos adecuados, el desarrollo de códigos éticos para el almacenamiento, acceso y uso de datos y tests genómicos, y la inversión en investigación traslacional.