Ciencia, desarrollo y vida. Tribuna de Opinión de Emilio Muñoz , expresidente del CSIC y miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Ciencia por la Paz y el Desarrollo, Emilio Muñoz, expresidente del CSIC y miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, ha publicado una tribuna de opinión en el periódico “Público”.

Bajo el sugerente título de “Ciencia, desarrollo y vida” desmenuza los problemas y riesgos por los que están atravesando las Ciencias de la Vida en Europa, así como postula la necesidad de resituar al conocimiento científico y tecnológico como motor de las políticas encaminadas a favorecer el desarrollo de los países y el establecimiento de la paz.

Y es que, como se apunta en este artículo, el progreso científico y tecnológico no sólo puede ser la solución a muchos de los problemas económicos generados por la crisis global, sino que “puede aportar fuentes de riquezas tangibles e intangibles, contribuyendo así a la misión de alcanzar el equilibrio social”.

La oportunidad es única, sobre todo porque en estos momentos se están registrando grandes avances en las Ciencias de la Vida, que se están proyectando y aplicando en la denominada biotecnología moderna, con implicaciones transversales que afectan a ámbitos tan vitales como la salud, la alimentación o la energía.

Especialmente destacan los importantes beneficios que se pueden derivar de un desarrollo adecuado de la biotecnología agrícola, sobre todo en países subdesarrollados y emergentes. Y respecto a la oposición y desconfianza que esta tendencia despierta entre los ecologistas, Emilio Muñoz ofrece datos sólidos, zanjando cualquier polémica al subrayar que “los organismos modificados genéticamente en el ámbito agroalimentario son desde hace más de tres décadas los más regulados de la historia de la Humanidad”.

En su vertiente sanitaria, como señala Emilio Muñoz, destaca la notable contribución que están haciendo los medicamentos biológicos (como la insulina, la hormona del crecimiento o los anticuerpos monoclonales), así como el tremendo potencial de la biotecnología sistemática y de las células troncales para el uso en terapias regenerativas.

Sin embargo, según opina el expresidente del CSIC, “estos avances biotecnológicos chocan con intereses o creencias de países, regiones, grupos de presión o individuos”, que imponen estrategias y regulaciones sobre las Ciencias de la Vida de inaceptable complejidad. Tal y como lo sintetiza Emilio Muñoz, “se ha generado un conflicto entre la gobernanza o gobierno de la ciencia y la ciencia generada para la adecuada gobernanza”. Y es que, aun aceptando como necesaria la regulación de los desarrollos científicos y tecnológicos, lo recomendable es que “la ciencia regulatoria focalice su actividad en el control de lo que es realmente demostrable como peligroso y explore el potencial normativo para incentivar las aplicaciones que reporten mejoras a la sostenibilidad económica y social, y a la protección de las condiciones medioambientales”. En definitiva, defiende una “ética consecuencialista”, “caso por caso”, y la evaluación de la proporción entre costes y beneficios.

· El artículo completo se publicó el miércoles 10 de noviembre, en el diario “Público” http://blogs.publico.es/dominiopublico/2663/ciencia-desarrollo-y-vida/