Los países pobres también investigan

Los avances en Biotecnología aplicada a la salud humana no se deben sólo al esfuerzo científico de prestigiosos centros de investigación de Europa y América del Norte. Un artículo publicado en ‘Nature Biotechnology’, en el que se han analizado los sistemas de innovación de siete países (Brasil, China, Cuba, Egipto, India, Sudáfrica y Corea del Sur) en los tres últimos años, ha destacado el éxito de países en vías de desarrollo en la consolidación de un sector biotecnológico productivo.
Países como Cuba, Corea del Sur o India ya fabrican y exportan sus propias vacunas biotecnológicas. En Egipto se consigue producir insulina por técnicas recombinantes y Sudáfrica está desarrollando una nueva vacuna contra el VIH. Son algunos ejemplos que demuestran que los avances en medicina impulsados por la Biotecnología no son propiedad exclusiva de los países más desarrollados. “Vacunas, test de diagnóstico y otros productos biotecnológicos, que pueden ser producidos de un modo relativamente fácil y barato en los países en vías de desarrollo, tienen el potencial de reducir la enorme mortalidad en las zonas más pobres del planeta”, ha señalado Peter Singer, director del Centro de Bioética de la Universidad de Toronto, uno de los autores del informe publicado en ‘Nature Biotechnology’.

El estudio ha identificado los factores de éxito que han conseguido la creación de un sector biotecnológico prometedor en estos siete países en vías de desarrollo, así como los retos a los que aún se debe enfrentar. Se subraya la importancia de concentrar los esfuerzos en superar los déficits sanitarios locales, la necesidad de implicar al sector privado en el proceso de comercialización y la ventaja de poder contar con acuerdos de colaboración con otros países. También es fundamental la especialización en un nicho concreto y el apoyo a largo plazo del gobierno del país.

“Podemos ofrecer una variedad de lecciones aprendidas por estos países que pueden ser de gran utilidad para otros estados interesados en construir un segmento biotecnológico local que proporcione beneficios en términos sanitarios”, ha explicado Singer. En su opinión, el desarrollo de la industria biotecnológica es esencial para los países menos desarrollados, en parte debido a que la industria farmacéutica está poco interesada en los problemas sanitarios de la zonas más pobres.