Buenos resultados de la colaboración entre expertos españoles y australianos en el campo de la epigenética.

Investigadores españoles, en colaboración con especialistas australianos, han descubierto que el silenciamiento epigenético no actúa sobre un único gen y puede afectar a amplias zonas genómicas. Además, han hallado una alteración en una región completa del cromosoma 2 que se produce en un 80% de los cánceres colorrectales.
La colaboración entre investigadores de centros españoles y australianos ha permitido la publicación en Nature Genetics de los resultados de un estudio que puede tener una importante trascendencia clínica. Un hallazgo de Jordi Frigola, del Instituto de Investigación Oncológica de Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, fue el principio de la investigación. En concreto, se halló una región que estaba alterada en un alto porcentaje de tumores colorrectales; tras comprobar que la alteración en la región caracterizada no era local, como sucede en la mayoría de mutaciones epigenéticas que suelen corresponder a un solo gen, se observó que la región afectada era mucho mayor e implicaba a muchos genes; de hecho, se descubrió que, de forma más o menos coordinada, toda la región se inactivaba a lo largo del proceso tumoral.

El hecho de que el silenciamiento epigenético afecte a varios genes implica ventajas e inconvenientes en la identificación de marcadores, ya sea a escala de diagnóstico para observar qué genes están afectados en cáncer o a escala terapéutica para conocer las dianas a las que hay que dirigirse. Por un lado, si hay un solo mecanismo detrás de esta inactivación, con un solo tratamiento se podría revertir la expresión genética; por otro, el sistema es mucho más complejo de lo que se pensaba inicialmente.

En definitiva, este trabajo revela que al encontrar una alteración a escala epigenética es preciso atender a los que hay a los lados; la alteración, cuando está lozalizada, afecta también a los genes de regiones cercanas. A lo largo del estudio, los investigadores observaron cambios en la metilación del DNA y de una histona.

La colaboración con expertos australianos continúa, y se están estudiando otras regiones que pueden tener un comportamiento parecido.