La Genética aporta soluciones al mal de las vacas locas
Una acertada manipulación genética de las vacas permite eliminarles la proteína priónica. Dado que se desconoce el papel de esta proteína en su forma plegada normal, no estaba claro si el ganado resultante sería sano o no. Sin embargo, el seguimiento de los animales durante veinte meses ha confirmado su buen estado de salud, mientras que análisis de muestras de tejido cerebral confirman su resistencia a la encefalopatía espongiforme bovina, que puede transmitirse a humanos a través del consumo de carne infectada.
Hará falta más tiempo (los estudios están en marcha) para confirmar si las vacas sin priones son realmente resistentes a esta enfermedad neurológica. De momento, los experimentos realizados con muestras de biopsias cerebrales confirman que el tejido es capaz de bloquear la propagación de la proteína priónica, algo imposible en el cerebro de las vacas normales. "En un año y medio tendremos la respuesta", anuncia Jürgen Richt, coautor del trabajo y investigador del Centro Nacional de Enfermedades Animales en Ames (Iowa).
En la actualidad, los doce animales obtenidos tienen dos años de edad y una apariencia, capacidad reproductiva y salud normales, confirman los investigadores.