Demandan directrices europeas sobre pruebas genéticas en embriones fecundados in vitro

Un reciente informe elaborado por científicos de la Comisión Europea señala que es necesario disponer de directrices urgentes para asesorar a los pacientes que optan por examinar si sus embriones creados por fecundación in vitro presentan alteraciones genéticas graves, así como sistemas específicos de garantía de calidad.
El diagnóstico genético preimplantatorio (DGP) es la práctica consistente en efectuar pruebas con los embriones, antes de implantarlos en la madre, para comprobar si presentan enfermedades como la corea de Huntington, la hemofilia y la fibrosis quística.
Este informe, el primero en ofrecer una visión de conjunto de tal práctica a nivel europeo, muestra que dicho tipo de diagnóstico está muy arraigado en muchos estados miembros, pero que la legislación, las normas y los requisitos de acreditación pueden variar en gran medida.
Las observaciones principales del estudio proceden de una encuesta realizada a más de 160 centros de toda Europa, que en principio podían realizar el diagnóstico genético preimplantatorio. La encuesta reveló que ofrecían el DGP 53 centros de 16 países de la UE y de Suiza, en su mayoría de España, Bélgica, República Checa, Grecia y Reino Unido. En una fase posterior, los autores del estudio entrevistaron a casi 30 personas de estos centros que estaban especializadas en este tipo de diagnóstico.
Entre las principales conclusiones del informe se destaca que el diagnóstico genético preimplantatorio es una actividad en expansión en Europa, con implicaciones sociales cada vez mayores. Las pruebas más frecuentes que se ofrecen son las de enfermedades como la corea de Huntington, la hemofilia, la distrofia muscular y la fibrosis quística. El DGP se aplica también al estudio de diversas predisposiciones al cáncer, así como al de los grupos de histocompatibilidad para identificar a los posibles donantes de transplantes de células madre.
Hay pacientes que se desplazan por Europa en busca de un diagnóstico genético preimplantatorio, generalmente por motivos legales y económicos, pero también por la falta de disponibilidad de las pruebas en su lugar de origen. Los principales países de destino son España, Bélgica y la República Checa, donde se tratan padres procedentes de otros países de la UE, pero también de Estados Unidos, Líbano e Israel.