Estados Unidos aprueba una Ley para proteger frente a la posible discriminación laboral por los resultados de los tests genéticos

El progreso alcanzado en el desarrollo y comercialización de tests genéticos, capaces de predecir la susceptibilidad de una persona a padecer ciertas enfermedades, no sólo abre grandes esperanzas en la prevención y detección precoz de importantes trastornos de salud, sino que también plantea algunas controversias.
Una de las más habituales es la posibilidad de que, a partir de los resultados de los tests genéticos, se pueda discriminar a una persona laboralmente, ya sea evitando su contratación o favoreciendo su despido; incluso, se plantea la posibilidad de que las compañías de seguros utilicen estos datos para modificar sus cláusulas de contratación de sus pólizas.

Previniendo estos problemas, Estados Unidos ha aprobado una Ley para proteger a aquellas personas que puedan ser discriminadas laboralmente por tener un riesgo mayor de padecer en un futuro enfermedad especialmente graves o costosas. El propio presidente George Bush, después de un prolongado trámite burocrático en el Senado, ha firmado el proyecto de Ley que había sido ampliamente respaldado en el Congreso, asegurando que de esta forma “estamos protegiendo a nuestros ciudadanos del mal uso que se puede hacer de la información genética”.

Con esta normativa se instauran una serie de medidas antidiscriminación para garantizar que los avances logrados en los tests de ADN no puedan ser utilizados en contra de los intereses de los ciudadanos. La Ley prohíbe expresamente a las compañías de seguros y a los empleadores que puedan denegar el trabajo o que impongan limitaciones en la contratación de seguros cuando los tests genéticos muestren que estas personas tienen una predisposición a padecer enfermedades cardiovasculares, cualquier tipo de cáncer u otras patologías de importancia.

El proyecto de ley de la Genetic Information Nondiscrimination Act (http://www.genome.gov/24519851) fue aprobado por el Congreso americano en 2007, pero no había sido votado aún en el Senado debido a las reticencias de un senador republicano, que lo había vetado. El proyecto establece una serie de garantías para proteger a los ciudadanos del riesgo de discriminación (laboral o de acceso a seguros médicos) basado en datos genéticos, y como tal se considera en EEUU esencial para el desarrollo de la Medicina Individualizada.

Los tests genéticos permiten la detección de alteraciones en los genes humanos. La identificación de determinadas anormalidades avisan sobre la posibilidad de que una determinada persona desarrolle con mayor probabilidad en un futuro una cierta enfermedad. La información de estos tests se extrae a partir de ADN procedente de sangre, tejidos u otros fluidos personales (como la saliva o la orina). Los tests genéticos de probada eficacia son capaces de identificar precozmente trastornos, por lo que posibilitan la puesta en marcha de terapias precoces para enfermedades tan comunes y graves como el cáncer de próstata, la diabetes, el Parkinson o algunos trastornos cardiovasculares.