Una calculadora personalizada del riesgo de cáncer de próstata

En el marco del Simposio de Tumores Genitourinarios, copatrocinado entre otras sociedades por la American Society for Clinical Oncology (ASCO), se ha presentado una nueva herramienta que permite predecir, con mayor exactitud que el antígeno prostático específico (PSA), el riesgo futuro que tiene un hombre de desarrollar un cáncer prostático.

Se trata de un algoritmo que combina cuatro factores de riesgo de cáncer de próstata, siendo el antígeno PSA uno de ellos. Como apunta el responsable del estudio que ha validado este nuevo recurso, la Dra. Monique Roobol, epidemióloga del Erasmus University Medical Center de Rotterdam (Holanda), “utilizando sólo el PSA conseguimos evaluar el riesgo presente que tiene un hombre de padecer un cáncer de próstata, pero no su riesgo futuro”.

Para determinar este riesgo futuro, este algoritmo agrupa los niveles de PSA junto con otros tres factores predictivos del riesgo de cáncer de próstata: los resultados de biopsias prostáticas previas, la historia familiar de cáncer prostático y el tamaño de la próstata. Los datos que han servido para validar este nuevo instrumento de cuantificación del riesgo proceden de la evaluación de más de 5.000 hombres, con edades comprendidas entre los 55 y los 70 años, incluidos en la sección de Rotterdam del European Randomized Study of Screening for Prostate Cancer.

En este grupo de pacientes, los investigadores han observado que, si bien el aumento del PSA por sí solo es el predictor más potente del riesgo de cáncer de próstata, los otros tres factores lo alteran significativamente. En concreto, encuentran que para cualquier nivel dado de PSA, una historia familiar de enfermedad eleva el riesgo futuro de sufrir esta patología, mientras que una biopsia negativa y un volumen prostático aumentado reducen este riesgo.

La implicación práctica que se deriva de esta nueva herramienta, en palabras del Dr. Roobol, es que “en aquellos hombres que estén por encima de un cierto umbral del riesgo, será preciso efectuar cribados más frecuentes y utilizar estrategias activas para la reducción del riesgo”. Esta herramienta es parte de los esfuerzos que se están llevando a cabo en Medicina para individualizar la evaluación de los riesgos para la salud; según este investigador, “este enfoque está en línea con el concepto de Medicina Individualizada, donde el cribado se basa en el perfil de riesgo único de cada sujeto”.